La leucemia felina, está provocada por un RETROVIRUS muy resistente, esto quiere decir que un gato infectado puede dejar infectada toda la zona por donde se mueve habitualmente.
El 35% de nuestros gatos van a estar expuestos a esta enfermedad a lo largo de su vida y se pueden contagiar por contacto con saliva, mocos, por vía sexual y por la placenta y no se transmite a los seres humanos.
En el caso de gatos infectados, el virus provoca una fuerte bajada de las defensas, anemia no regenerativa y cáncer de sangre (leucemia) y el pronóstico para estos animales es malo
Por suerte existen vacunas para prevenirla, aunque no hay tratamiento para curarla.
Nuestro consejo es obvio: debemos vacunar a todos los gatos a los dos y tres meses de edad y cada año durante toda su vida y si tenemos dudas debemos hacer un análisis de sangre para diagnosticarla.